Oscar Müller Creel

  • Oscar Müller Creel
    Oscar Müller es Doctor en Derecho y tiene el grado de Maestro en Administración de Justicia y candidato a maestro en periodismo. Es originario de la ciudad de Chihuahua, México. Es colaborador en Radio Claret América de  Chicago Illinois, en temas de Derechos Humanos y Administración de Justicia y sus columnas de opinión se han publicado en el periódico Hoy del grupo Tribune Publishing Company de Chicago Illinois EUA, la cadena noticiosa Hispanic Digital Network de CISION, así como en el Heraldo de Chihuahua del grupo Organización Editorial Mexicana. Ha escrito libros sobre Derechos Humanos y Ética del Abogado, así como artículos científicos en Universidades de México, Colombia y España. Correo: [email protected]
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La consigna del Juez

29 de diciembre de 2023

Cabizbajo, sentado frente al escritorio veía el expediente, era grueso pues contenía el trámite de un juicio que había durado más de tres años y ahora estaba en sus manos, para determinar cual de las partes tenía la razón. Pero el motivo de su preocupación derivaba de la llamada del Secretario General de Gobierno, que había recibido unos minutos antes, quien le había mencionado que una de las partes tenía vínculos de amistad con el Gobernador y que este estaba muy al pendiente del caso. En realidad, esa llamada contenía una orden y una amenaza veladas, debía resolver el caso a favor de una de las partes y esto le molestaba pues apreciaba la función que desempeñaba; se sentía orgulloso pues su puesto como Juez no lo debía a nadie, se había presentado a concurso en el que se le había evaluado en sus conocimientos del Derecho, declarado su patrimonio y fue analizado por psicólogos que determinaron su capacidad emotiva para cumplir con la función, esto después de una trayectoria de varios años, en puestos inferiores dentro del sistema de justicia. Ahora, con dos hijos en la escuela y deudas de casa y coche, el perder su trabajo implicaría tirar años de esfuerzo por la borda y perder su patrimonio para volver a empezar, buscando otro trabajo o dedicarse a iniciar una carrera como abogado lo que era difícil pues requeriría de años de esfuerzo para forjarse un prestigio que le atrajera clientela. Había sido testigo de como licenciados con mucha menor capacidad y estudios que él, fueron nombrados jueces por recomendación e inclusive habían escalado posiciones dentro de la estructura del poder judicial hasta estar en puesto de decisión de muy alto nivel, entre ellos recordaba a una compañera que en forma descarada había plagiado su tesis para obtener el título. Esas personas adquirían compromisos con aquellos que les habían ayudado a llegar al puesto y obraban en consecuencia. “Jueces de Consigna” les llamaban refiriéndose al hecho que eran juzgadores que acatarían directrices para resolver los casos. Mientras nuestro amigo el Juez se encontraba meditando tristemente sobre la situación en que se encontraba, en la Facultad de Derecho, dos catedráticos hablaban sobre el mismo tema: uno de ellos era abogado postulante y el otro juzgador. La discusión surgió porque el primero había comentado que la consigna era un acto grave de corrupción judicial a lo que el juzgador había respondido que eso era falso pues la consigna era una práctica común en los tribunales, la discusión concluyo cuando el abogado le dijo: - Si un juez decide un caso por que le han dado dinero, evidentemente incurre en un acto de corrupción, pero si las dos partes tienen capacidad económica para corromper al juez cuando menos existe un equilibrio. Pero cuando un Juez recibe orden para resolver en cierto sentido, una de las partes queda totalmente indefensa-. El juzgador que es nombrado por motivos políticos, indudablemente obedecerá a estos y carecerá de independencia que es la capacidad que debe tener todo juzgador para resolver los casos sin influencias externas, solo a través de la ley y lo que se derive de las pruebas. En algunos países se determina que los jueces no deben pertenecer a ningún partido político y mucho menos realizar activismo en favor de estos, pues esto se ve como carencia de independencia. Cuando en México se creó la constitución en 1917, existía conciencia del abuso que se había dado durante décadas en el uso de jueces a modo y se decidió que los Juzgadores (Ministros) del más alto tribunal, la Suprema Corte de Justicia, serían nombrados a través de propuestas de las legislaturas de los Estados, de las que el Senado optaría por la mejor, con lo que se evitaba el compromiso político. Esto cambió en 1938 durante el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río, en que se reformo la designación de Ministros para que estos sean nombrados por el Senado de entre tres candidatos propuestos por el Presidente; esto en dos ocasiones y si no hay acuerdo será el propio presidente quien lo haga. Indudablemente, la reforma de Cárdenas obedeció a una intención de fortalecer al Presidente frente al Poder Judicial, en detrimento de un equilibrio entre los poderes públicos, necesario para una democracia, lo que tanto exigían quienes eran oposición y ahora están en el poder y actúan en forma contraria. López Obrador con astucia y escasa moral, ha operado la ley para designar directamente a Lenia Batres Guadarrama como Ministra de la Suprema Corte, una persona de escasos méritos jurídicos y muchos políticos por su adhesión a aquel, lo que evidencia la intención de tener dentro del más alto órgano judicial en México, a un juzgador de consigna, en perjuicio del equilibrio de poderes. Es una regla que no falla, cuando la política se mete con la justicia, esta se corrompe y parece ser que esa es la intención del actual presidentillo que tiene México. Nuestro amigo el Juez, triste, enojado y resignado, abrió el expediente y empezó a estudiar el caso para poder emitir sentencia… El 2 de junio entrante serán las elecciones en México, todos tenemos la responsabilidad de hacer de este un mejor país, aún y cuando se radicque fuera pues nuestras raíces y parientes se encuentran ahí. En nuestras manos está evitar que México se convierta en otra Cuba o Venezuela.